Muchas gracias a la Hdad. de la Sangre por la invitación que he recibido en mi domicilio de manos del Secretario de mi Hermandad. Por detalles como este, me he podido dar cuenta, de que una Hermandad no es más grande, por el número de hermanos que posea, ni por los siglos trascurridos desde su fundación, ni por los enseres o bienes que posea. Una Hermandad, es más grande, cuanto mayor sea la confraternidad que se respire, cuanto mayor sea el sentimiento cristiano y cuando el afecto de sus miembros, sea el de hermanos de verdad. Así puedo afirmar que la Hdad. de la Sangre es una verdadera Hermandad, y sólo me queda agradecer con este humilde comentario mi agradecimiento, por el apoyo que recibo y por tan bonito detalle de acercarme esta invitación hasta mi domicilio, y por supuesto por hacerme ver, donde está el verdadero significado de la palabra Hermandad.
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