Tengo tres estampas escondidas,
cuanto os he llorado y cuanto os he pedido
y siempre me habéis correspondido,
que tesoro más grande tengo guardado en
mi cartera, Gran Poder, Sangre y Soledad,
mis tres amores 40 años escondidos.
!Qué dulzura en su semblante!
!Qué resignación expresan aquellos
ojos humildes y aquella frente modesta!
!Es nuestro Padre Jesús, llevando la Cruz a cuestas!.
!Ya sale! !Ya sale! ya está con la cruz a cuestas.
cuanto os he llorado y cuanto os he pedido
y siempre me habéis correspondido,
que tesoro más grande tengo guardado en
mi cartera, Gran Poder, Sangre y Soledad,
mis tres amores 40 años escondidos.
!Qué dulzura en su semblante!
!Qué resignación expresan aquellos
ojos humildes y aquella frente modesta!
!Es nuestro Padre Jesús, llevando la Cruz a cuestas!.
!Ya sale! !Ya sale! ya está con la cruz a cuestas.
!Al cielo con ella!
Madre mía de la Sangre
no nos dejes sin consuelo
y presta tu atención
a todos los hueveros.
Tú llevas en la cara
el surco de una lágrima vivida,
tú mirada repara
en la oveja perdida
que naufraga en los mares de la vida.
Madre mía de la Sangre
no nos dejes sin consuelo
y presta tu atención
a todos los hueveros.
Tú llevas en la cara
el surco de una lágrima vivida,
tú mirada repara
en la oveja perdida
que naufraga en los mares de la vida.
Soledad tú eres flor y eres jardín
y eres agua y eres fuente,
mezcla de mayo y abril,
de pena, luna creciente, de gracia, senda sin fin.
Queriendo un día comparar Sangre y Soledad,
sólo el color de la mejilla pude encontrar,
ya que no hay en Sevilla dos flores,
que os puedan igualar.
Tengo en mi pueblo dos amores escondidos,
uno se llama Sangre y otro Soledad,
sin ninguno de los dos puedo estar,
que alegría tengo, porque no os puedo
ni siquiera comparar, ya que a las dos
os quiero por igual.
Me gustaría algún día ser tú pregonero,
no se si algún día lo seré, que alegría tengo
de ser de este pueblo, ya he sido nazareno,
también costalero, mi padre soledaero y
mi abuelo saetero, ya lo único que me falta
sería ser algún día tú pregonero.
y eres agua y eres fuente,
mezcla de mayo y abril,
de pena, luna creciente, de gracia, senda sin fin.
Queriendo un día comparar Sangre y Soledad,
sólo el color de la mejilla pude encontrar,
ya que no hay en Sevilla dos flores,
que os puedan igualar.
Tengo en mi pueblo dos amores escondidos,
uno se llama Sangre y otro Soledad,
sin ninguno de los dos puedo estar,
que alegría tengo, porque no os puedo
ni siquiera comparar, ya que a las dos
os quiero por igual.
Me gustaría algún día ser tú pregonero,
no se si algún día lo seré, que alegría tengo
de ser de este pueblo, ya he sido nazareno,
también costalero, mi padre soledaero y
mi abuelo saetero, ya lo único que me falta
sería ser algún día tú pregonero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario