Querido Jesús:
Hace unos días te hemos escrito una carta, pero no nos atrevemos a echarla, lleva malas noticias. Y es que ya sabes que según que cosas se diga, cuesta mucho decirlas. Espero que nos entiendas, por eso la ponemos en el correo.
Se acerca la Navidad, el día en que Tú quieres volver a la tierra.
Hemos pensado que no vale la pena que vuelvas. Las razones por las que nos parece inútil que vuelvas son muchas:
En las fiestas de Navidad todos los años pasa lo mismo: unos días de fiesta, mejores comidas, vestidos elegantes, mucha bebida, regalos, noches sin dormir... Y llega el día de los Reyes y todo y todos continuan como antes de las fiestas.
Vemos que son muchas las cosas que van mal por aquí y no parece que se vaya a arreglar: gente sin trabajo o mal pagada, gente que tienen casa y familia, pero viven como si no la tuvieran, matrimonios que viven malamente, pueblos que no se ayudan. Y en muchas partes del mundo, miseria, guerra y hambre.
Tu Navidad es un comercio para alimentar en lo que ya estamos hartos, para burlarnos de la Paz de los hombres de buena voluntad, se hacen regalos a quienes ya tienen o a aquellos de quien se espera recibir algún favor. Los hermanos de lejos o que no son de los "nuestros" no reciben ni una migaja de nuestras cosas. ¿Qué pueden pensar de nuestra Navidad?.
¿Ves? No sirve para nada que vuelvas. Son muy pocos los que te van a escuchar. No despiertes a los Pastores, no llames a los Angeles, no hagas caminar en vano a los Reyes. Quédate en el cielo te lo pasarás mejor.
Perdona si nos hemos pasado con nuestros consejos, pero son realistas. Interesan más el dinero, los banquetes, los regalos y lo que no se puede decir...
Quiero acabar diciéndote "adios" que quiere decir que sigas a Dios. Arregla esto como puedas, mientras tanto celebraremos Tú Navidad, mi Navidad, Nuestra Navidad...
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