En Sevilla hay cinco hermandades que cuentan con sistemas de seguridad para blindar a sus titulares de un posible incendio o catásfrofe. La primera en adoptar estas medidas fue la Hermandad de la Macarena en 1.974, que cuenta con un telón cortafuegos que se activa dos veces al dia durante las horas que la Basilica está cerrada al culto. En el caso del Gran Poder, su Basilica cuenta con un telón cortafuegos desde que se acometieron las obras en 2.008. Previamente al traslado a su Basilica, los titulares de la corporación contaban en su capilla de la Parroquia de San Lorenzo con unas planchas de hierro que a modo de puertas los protegían de cualquiera acto vandálico en los dificiles años 30.
También cuentan con un sistema de seguridad similar las imágenes titulares de la Hermandad del Cachorro, tanto el Cristo de la Expiración como la Virgen del Patrocinio, instalados en 2.007. Tras la corporación trianera fue la Amargura la que tomó la decisión de proteger a su Dolorosa y a la imagen de San Juan con un telón cortafuegos.
La última Hermandad en adoptar medidas de seguridad ha sido la Esperanza de Triana, que tras la reciente ampliación de su capilla de los Marineros, ha construido un búnker al que es descendida cada noche la talla de la Dolorosa para preservarla de cualquier incidente. Esta medida ya fue ideada en 1.930 por la junta de gobierno que regía por aquel entonces la Hermandad de la Macarena que estudió la posibilidad de construir un sótano para la Virgen de la Esperanza en su capilla de la parroquia de San Gil. El proyecto nunca llegó a realizarse tras los sucesos de 1.936.
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