De lo esencial, nada le sobra, ni nada le falta al Baratillo. Su historia se escribe de la Cruz al palio, La Cruz que estuvo en el origen de su capilla, El palio, que culminaba su tesoro espiritual . Y por medio, la devoción al Rosario, como símbolo de marianismo y el grupo escultórico de la Piedad, en el que Cristo duerme su dulce sueño de vida ausente, acunado en el regazo de su Madre dolorida. Toda la cofradía se resume en un nombre escueto con el que la conoce y llama Sevilla: Baratillo.
Hasta el año 1.926 no sacaron a la Virgen de la Caridad en un paso de palio. Esta imagen, en principio, se denominó de la Soledad, tomando después su actual nombre, Caridad en su Soledad. Fue tallada por José Rodriguez Fernández Andes.
Porque este sitio que una vez existió, sigue estando vivo gracias a su cofradía. Aquellas no son unas calles fronteras en el extremo del antiguo Arenal. Son el Baratillo y en esa palabra, al compás espiritual de su Hermandad, se encierran esencias taurinas, aires de Sevilla, nostalgias de Triana... Allí, con la Cruz y el palio, con su Pîedad, estará siempre el Baratillo.
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