
La Hermandad del Cristo de la Vera-cruz y María Santísima de la Sangre vivió un día grande en el año 2.005, cuando la Duquesa de Alba impuso el escudo de su Casa a la Virgen de la Sangre. El escenario del acto, que contó con la presencia de las primeras autoridades de la localidad, y de otras hermandades, fué la parroquia de la Asunción en cuyo altar mayor estaban las imágenes titulares de la hermandad.
El encargado de presentar el acto fue el hermano mayor. Francisco Manuel Rosado, que agradeció a Antonio Burgos y a su esposa Isabel Herce, hermanos ilustres de la corporación y presentes en el acto, que a través de Angel Salas, hubieran hecho posible que Cayetana de Alba haya accedido a vincularse tan estrechamente con la Virgen de la Sangre. Antes de la imposición del escudo intervino Maria del Valle Dávila, una de las hermanas, que también agradeció a la duquesa de Alba su deferencia. La parte musical corrió a cargo de la saetera Rocio Bazán y de un cuarteto de cuerda.
Por su parte, Cayetana de Alba asseguró que también para ella fue un dia muy importante y no ocultó su satisfacción por imponer el escudo de su casa a la imagen de la virgen. Lo único que lamentó fue que no la hubieran avisado de que gran parte de las hermanas iban a ir vestidas de mantilla, para así haberla lucido ella también "en un pueblo tan bonito y acogedor".
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